Proceso de Profundización de la Vocación CVX - Primer encuentro

El pasado domingo 06 de abril comenzamos el Proceso de Profundización de la Vocación CVX en Casa Hurtado. Contamos con miembros de varias comunidades y de diversas edades, cada uno aportando desde su experiencia en la CVX, intercambiando con gracia y cercanía sus vivencias, búsquedas y desafíos en este camino dentro de la Comunidad Nacional. Los invitamos a leer los testimonios de tres cevequianas que con mucho cariño se tomaron el tiempo de nos compartirnos sus reflexiones.

Sofía Ponce de León (CVX - Comunidad Ágape)

El pasado domingo 6 de abril nos reunimos en el Hurtado por el primero de tres encuentros para profundizar en nuestra vocación CVX. En un clima cálido y atravesado por la gratitud, valoré especialmente que sea un espacio abierto a toda la comunidad nacional, porque se enriquece el intercambio en la diversidad de edades, trayectorias e improntas personales. Es una oportunidad preciada el poder encontrarnos, reconocernos en este mismo camino, y compartir tanto lo que nos nutre como lo que a veces nos desafía de vivir nuestro carisma.

¡Y qué regalo! Que haya personas dispuestas a guiar este proceso, a pensar con cariño y profundidad este itinerario. En momentos donde una siente el deseo de ir más hondo, de discernir con mayor claridad su compromiso, es muy valioso que haya quienes ayuden a ordenar el camino, a iluminar con su experiencia y con propuestas concretas este proceso de profundización. 

Contenta, Señor, contenta.

Matilde Canabal (CVX Comunidad Lucas XV)

Hace unos días fuimos gratamente sorprendidos por una invitación del CEN para participar del Proceso de Profundización de la Vocación CVX. Siempre son buenas estas convocatorias. Y más teniendo en cuenta que es un tema que se reitera en las inquietudes de muchos cevequianos.

Se creó un excelente clima de camaradería filial entre los participantes, provenientes de varias comunidades y de todas las franjas etarias, lo que sin duda mucho aportó al resultado final y a un variado intercambio.

Una pauta de preparación para el taller nos ayudó a ir poniendo nuestro corazón en sintonía. Cada uno fue repasando su camino de gracia y descubriendo la huella de Dios en ese proceso personal, en la familia y en diferentes ámbitos de Colegios, Parroquia u otros movimientos.

Y ese día, personalmente y en pequeños grupos, profundizamos en cada proceso vivido ya como miembros de CVX, tanto en la comunidad chica como en momentos de encuentro como Comunidad Nacional. En ese intercambio fueron surgiendo personas, acompañantes, servicios, celebraciones, ejercicios, jornadas de formación que han dejado su huella en cada uno. Esa memoria agradecida nos llevó a descubrir con asombro y gratitud tantos momentos y personas fundantes que han modelado nuestro proceso en CVX y enriquecido nuestra espiritualidad.

Confío que los dos encuentros restantes sirvan para reafirmar ese fino entramado que se ha ido tejiendo entre tantos integrantes de CVX y para avanzar en lo que es el compromiso de cada uno en la búsqueda del estilo de vida que nos ayude a en todo, amar y servir. 

Jimena Leone (CVX Comunidad Izarra)

El domingo pasado compartimos la primera jornada del proceso de profundización de la vocación CVX.

Lo primero que me llamó la atención fue la profundidad de la propuesta, buscando que cada uno pueda hacer un camino de discernimiento hondo y comprometido, así como el cuidado con que fue preparada toda la jornada, tanto en los aspectos prácticos, como en los materiales y recursos ofrecidos. 

Pero en ese camino no se anda solo, y el domingo fue grande la alegría del reencuentro: con el Padre, en la instancia personal de revisión de la propia historia en la CVX y con los compañeros de la comunidad nacional en las instancias grupales. Volver a encontrar a muchos compartiendo nuestras búsquedas, la forma en que queremos seguir a Jesús en nuestras vidas, fue muy inspirador.

Me fui del primer encuentro agradecida por tanto fruto recogido en estos años de formar parte de la CVX, por la constancia, perseverancia y fidelidad de mis compañeros de comunidad pequeña y también de la comunidad nacional, por el acompañamiento amoroso entre nosotros y tantas gracias recibidas. 

A los que aún no lo han hecho, los animo a que se sumen a este proceso para volver a preguntarnos sobre nuestra identidad y nuestra vocación.

¡Nos encontramos en la próxima!