Taller facilitado por Agustín Rivarola SJ
Desde mi perspectiva, el taller de Dificultades y caminos para el discernimiento fue una buena instancia para replantearse distintos conocimientos o hábitos de nuestra cotidianidad. Fue una invitación a seguir profundizando en esta herramienta tan enriquecedora que va más allá del momento que vivimos y que nos pide una pausa frente al caos de la rutina.
El ser consciente de cuáles son estas dificultades principales a las cuales nos enfrentamos y de qué maneras las podemos combatir. En esta línea, vimos que una de las grandes dificultades es la invasión mediática frente al territorio de mi intimidad que es muy visible a través de las redes sociales. El desafío de detenerse, el saber que implica tiempo que no debe ser vivido como una pérdida. El vivirlo como un proceso que exige de práctica y que es un hábito a ejercitar para así distinguir por donde Dios me está invitando a vivir.
Destaco el ejercicio diario para “rastrear” lo que Dios hizo conmigo en la jornada. Con 3 elementos de fondo; agradecer, el perdón y la esperanza de cambio; siempre en clave de don para poder repasar con la pausa ignaciana mi día.
Mariana Amestoy (de Caro y Seba)
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